LA DIRECCION REVOLUCIONARIA Autor: Miguel Ángel Aguirre Sánchez Profesor y director de la Escuela de Negocios y Administración de Empresas- ENAE (España –Barcelona) http://www.empresarios-as.com
Dicen que el hábito hace al monje. Deduciendo en este caso que hábito se refiere a la vestidura, traje, atavío o prenda. Yo diría que el hábito hace al líder. Pero el hábito entendido como práctica o rutina. Todos los postulados, teorías, paradigmas y técnicas que conocemos, de nada sirven si no se llegan a convertir en hábito. Y este se consigue a base de práctica, dedicación y esfuerzo. Pero para lograrlo hace falta algo más. Un profundo conocimiento de uno mismo, confianza y sobre todo, ganas y deseo de poner en práctica lo aprendido. Siendo constantes y perseverantes en nuestro deseo de perfeccionar y mejorar como líderes pero sobre todo, como personas. Anteponiendo los intereses del equipo a los nuestros. Todos conocemos, incluso en primera persona, a colegas que han asistido a infinidad de cursos y seminarios sobre liderazgo, dirección de equipos o habilidades directivas. Sin dudar de la eficacia de estos cursos ¿Durante cuánto tiempo aplicamos lo aprendido? ¿Qué incidencia tiene en la organización? ¿De qué forma beneficiará a nuestros colaboradores? Para algunos, es solo una moda pasajera. Durante unos días lo intentan, pero en algunos casos abandonan a mitad de camino. Otros perseveran, ponen en práctica, mejoran, ensayan y perfeccionan, pulen, retocan y corrigen sin cesar. Solo así conseguirán el efecto deseado. Como usted sabe, mandar es fácil. Liderar es otra cosa. Un título no es garantía de nada y menos cuando de lo que se trata es de modificar conductas, o generar nuevas costumbres y habilidades relacionadas con la dirección eficaz. El primer paso para poder aplicar lo que nos enseñan es conocernos bien a nosotros mismos ¿Cree usted conocerse en profundidad? ¿Conoce cuáles son sus debilidades y fortalezas? ¿Se considera ejemplar como mando o líder? “Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla. (SUN TZU)” Conocernos en profundidad nos ayudará a adaptar las técnicas y principios aprendidos a nuestro estilo de mando. Es evidente que no somos robots a los que puedan programar en un curso o seminario y ya estamos listos para la batalla. Cada individuo es diferente y también lo es su forma de aplicar las enseñanzas recibidas. A veces es más fácil utilizar el sentido común que la técnica. LEER MAS… |
22
Jul