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¿Qué quiere decir inflación? [Discurso Profesor Bosch]

Cuando un muchacho se pone a soplar un globo, decimos que está inflándolo, y después de haberlo inflado, lo suelta y el globo sube llevado por el viento, y sube tan de prisa que si no está amarrado a un hilito puede caerse en el techo de una casa o quedarse entre las ramas de un árbol. Pues bien, en economía, inflación quiere decir más o menos lo mismo; los precios de los artículos se inflan es decir, se ponen más altos, y comienzan a subir y a subir y si no se controlan llegan al cielo.

 Cuando a un globo se le suelta la soguita que le amarra la boca, el aire que tenía adentro le sale de golpe y el globo cae a tierra; entonces se dice que el globo se desinfló; y cuando los precios de los artículos bajan de golpe; se dice que hay una deflación.

Ahora bien, si lo que hace subir un globo es el aire que le mete el muchacho soplando, lo que hace subir los precios es la falta de producción suficiente; esto es, cuando hay 100 personas que están comprando camisas y no hay más que 50 camisas, el precio de la camisa sube al doble, por lo menos.

Pero ustedes deben fijarse que al subir el precio de un artículo automáticamente baja el poder de compra de la moneda. Por ejemplo, si la camisa valía 5 pesos cuando había 100 compradores y 100 camisas, al haber 100 compradores y solamente 50 camisas, éstas pasan a costar 10 pesos en vez de 5. Y eso quiere decir que el peso perdió la mitad de su poder de compra.

Cuando sucede esto se dice que la moneda se desvaloriza, y la moneda se desvaloriza cuando se produce menos de lo que se consume, sin necesidad de que el Gobierno tenga que dar una Ley quitándole valor a la moneda.

Cuando el Gobierno da una ley quitándole valor a la moneda, se dice que el Gobierno ha devaluado, pues quitarle valor a una moneda por ley es devaluar, o lo que es lo mismo, es disponer una devaluación. Por ejemplo, el Gobierno mexicano devaluó su moneda varias veces. En 1939, el peso mexicano valía 50 centavos de dólar. Esto es, estaba a dos por dólar; después pasó a estar a 5 pesos 65 centavos mexicanos por dólar, y por último pasó a 11 pesos 65 centavos por dólar.

Fíjense bien en que una inflación quiere decir subida de precios y por tanto, automáticamente, pérdida del poder de compra que tiene el dinero; que deflación quiere decir todo lo contrario de inflación; que desvalorización quiere decir que la moneda o el dinero pierde valor porque los precios de los artículos suben, y que devaluación significa rebaja del valor de la moneda por ley del Gobierno. Otro día, quizá mañana, hablaré con más detalle sobre este punto.

Hay otras causas de inflación, y entre ellas están las que usan los Gobiernos partidarios de la inflación, cosa que logran echando a la calle más dinero del que se necesita para cubrir las necesidades monetarias de un país, o la que proviene del abaratamiento de una moneda, cosa que ocurre cuando se echa a la calle una cantidad muy grande de moneda sin respaldo. Pero de esas causas hablaremos otro día.

Cuando hay inflación, es decir, cuando los precios suben, sube el precio de todas las cosas, y por esa razón los que tienen algo que puede venderse no se perjudican con la inflación.

Por ejemplo, si yo tuviera una casa y el costo de la vida subiera al doble, mi casa pasaría también a valer el doble. De manera que en un sentido yo no me perjudicaría. Pero si tuviera la casa alquilada por 100 pesos mensuales y la ley no me permitiera subir el alquiler me perjudicaría porque no podría seguir viviendo con 100 pesos; necesitaría 200, en vista de que la vida subió al doble.

Los que tienen una entrada fija y nada más que eso, como los empleados que viven exclusivamente de su empleo y los trabajadores que viven solamente de su salario, se fastidian en grande cuando hay inflación, sobre todo si no tienen medio alguno de lograr que se les paguen más. Por eso se dice que la inflación enriquece a los ricos y empobrece a los pobres.

Por ejemplo, los pensionados civiles y militares, que no tienen manera de presionar sobre el Gobierno para que les aumente sus pensiones sufren más que todo el mundo cuando hay inflación.

Los que tienen pólizas de seguro con la esperanza de dejarle a las familias una cantidad de dinero cuando se mueran pueden dejarle la mitad de lo que habían calculado si antes de morir la vida sube al doble, y mucho menos si la vida sube más. La inflación puede producirse por muchas razones, entre ellas unas involuntarias y otras voluntarias. Son involuntarias las que obedecen a una producción más baja de artículos de venta diaria, o bienes de consumo, como dicen los expertos cuando esa baja en la producción viene de malas cosechas o de falta de energía eléctrica o de causas parecidas; son voluntarias cuando las autoridades deciden provocar inflación dizque con el propósito de mantener la economía boyante. Pero lo mismo si su causa es involuntaria que si es voluntaria la inflación perjudica siempre a grandes mayorías y beneficia a menos; empobrece a los pobres y enriquece a los ricos.

Pues bien, en su discurso del viernes el Dr. Balaguer se decide partidario de la inflación provocada por medidas del Gobierno; y poco después de haber dicho que aquí hay que hacer “las reformas sociales destinadas a reducir el hambre y la desnutrición en que vegeta la mayoría de la población dominicana”, dice lo siguiente: “…creemos en el crecimiento económico, no es posible sin cierta espiral inflacionaria”. Porque según dice él, copiando al apóstol de la inflación provocada y mantener el bajo control —un economista norteamericano llamado Siege— “semejante política tiende a elevar la curva de la utilidad marginal del capital, estimula el ahorro y contribuye finalmente a aumentar la rentabilidad de la inversión privada”.

¿Saben ustedes lo que quieren decir en realidad esas palabras?

Pues quieren decir lo que yo expliqué: hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. De eso es de lo que es partidario el Dr. Balaguer, a pesar de que tiene conciencia de “el hambre y la desnudez en que vive la mayoría de la población dominicana”.

Y precisamente porque se da cuenta de esto último y lo reconoce y lo dice, y sin embargo declara que es partidario de una política inflacionaria. Creo que en este punto donde está la más escandalosa de las contradicciones en que cayó el Dr. Balaguer al pronunciar su discurso del viernes pasado.

Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.

 
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Publicado por en 07/06/2011 en Discursos, Juan Bosch

 

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